
Tiempos Oscuros
Nuestros padres y abuelos tuvieron la posibilidad de hacer su contribución a la grandeza del país porque el trabajo productivo, ya sea rural, industrial o comercial, era una pieza clave en cualquier modelo de desarrollo y crecimiento socioeconómico.
Por supuesto que no fueron épocas sencillas de vivir pero existía la poderosa convicción que todo sacrificio traería mayor bienestar personal, familiar y comunitario. ¡Había un futuro por el cuál luchar!
Hoy se apunta al "industricidio", con sus nefastas consecuencias, especialmente la desocupación, la precariedad laboral y el aumento de la pobreza y la exclusión social, la cuál es potenciada por el gobierno nacional con el desfinanciamiento de la salud y la educación pública.
Vivimos tiempos oscuros porque el individualismo y la "meritocracia" son fomentadas desde la élites para destruir los proyectos productivos cooperativos y la empatía con las necesidades del prójimo.
Son tiempos oscuros donde reina el fundamentalismo económico centrado en lo financiero especulativo.
Desde el poder político y económico se pretende la destrucción de la cultura del trabajo, incentivando el "sálvese quien pueda y cómo pueda" a través del mínimo esfuerzo y las soluciones fáciles o "mágicas". Por eso nuestro presidente participa en proyectos de criptomonedas buscando obtener una ganancia económica gracias a la especulación financiera con el descarado argumento de pretender la ayuda a las pymes. ¡En su presidencia no ha inaugurado ni fábricas ni obras públicas!
A tanta oscuridad de los tiempos fascista-libertarios que vivimos debemos esforzarnos en encontrar y crear los faros de amor, solidaridad y sabiduría que nos permita atravesar esta tempestad de odio, soberbia e ignorancia.