Jueves, 24 de Julio del 2025

Gente Rota

Gente Rota

Desde mi lugar me toca ver día a día una parte de la transformación social que está en proceso. La realidad en las aulas con infancias necesitadas de escucha, del contacto visual que los reconozca, del encuentro en el juego que les permita crear. Adolescentes atrapados en una virtualidad que no les aporta nada pero les brinda la distracción necesaria para evadirse de un mundo que les da la espalda. Infancias y adolescencias que van construyendo el adulto del futuro. Adultos que se unificaran en la ansiedad, el estrés y el agotamiento.

El sistema funciona muy bien así como esta, primero te enferma y después te medica. Te deprime para venderte el antidepresivo. Naturaliza por medio de sus estructuras que la desigualdad es la ley vital y por ende, no existe alternativa. Por momentos, hasta el más optimista de los humanos se desanima cuando la realidad es tan dura que abruma. Cuesta encontrar salida, nos rendimos, nos entregamos, nos desanimamos.

Me pregunto ¿Cuán roto hay que estar en la vida para naturalizar que la violencia sea moneda corriente, para que golpear viejos, reprimir fotógrafos, gasear niñas y asediar a quien opina diferente sea lo normal? Para que alguien le diga a una mujer que se joda por tener un hijo con discapacidad y no haya un repudio masivo, para que médicos que cuidan a los más desprotegidos tengan que gritar para exigir lo que debería ser justo ¿Cuán rota esta la sociedad para que las personas que más violencia expresan continúen teniendo imagen positiva tan alta? ¿Cuánto odio inocularon que no supimos detener a tiempo? ¿Por qué permitimos que La crueldad continúe su experimento salvaje?

El día a día se hace pesado. Me preocupa que continuemos naturalizando tanto entusiasmo por la crueldad, por el salvajismo destructor. Soy docente porque creo fielmente que se puede transformar la realidad, pero a veces hasta yo me pierdo. Me cuesta encontrar la salida de esta pesadilla, me rindo, me entrego al desánimo. Pero como el tiempo que transcurre la energía se renueva. Vuelvo al recuerdo, recuerdo la vida, vivo las experiencias y experimento las enseñanzas pasadas. El tiempo nos da nuevas oportunidades siempre.

Dicen que cuando una persona ama está expuesta a que la traicionen, pero no por eso debe dejar de creer en el amor. Porque una o varias personas fallen, no por eso debemos dejar de creer en la humanidad. Porque halla políticos que se traicionen no podemos dejar de creer en la política como herramienta de transformación. Pero al creer hay que sumarle el hacer. Desde nuestro lugar, desde nuestros espacios, seguir haciendo ese ruido que inquiete un poco este silencio ensordecedor. Porque el tiempo nos enseña que nada permanece estable, que todo se transforma y que nadie,

absolutamente nadie, se salva solo.