Publicado en Fanzine N°...
Por Miche
Jueves, 24 de Julio del 2025

Crónicas de un estío entreverado

Crónicas de un estío entreverado

Me siento a escribir para repasar lo acaecido en un microsegundo de tiempo que se sintió como a verano, las lagunas mentales me invaden y retrocedo como aquellos autitos noventeros que cargaban fricción y se dejaban llevar por la energía acumulada ¿Se les pasa por la mente sus juguetes de la infancia en algún momento del día o andan perdidos en un subconsciente que no quiere aparecer?

Bajé de un avión el diez de enero y aún parece que no aterricé; la mar, la arena, la calor y las noches frescas apaciguan aguas que se perciben tumultuosas, mi tierra se quema en casi todos sus puntos cardinales y el muro de hierro mediático me asusta… ¡Ojito que se está peleando el CEO del país con el CEO de Argentina! Para esta gente sólo somos daño colateral.

Entre la variedad de la cartelera veraniega nos encontrarnos con el clima tropical que se ha hecho costumbre en la zona y presagia otros rumbos, también con sudestadas que desean (si no lo han hecho aún) convertirse en ciclones, con fumigaciones que envenenan nuestra comida a la orden del día y con hombres de saco y corbata, sonrisita mafiosa y carencia de sentimientos haciendo espectáculos propagandísticos con la infantería que responde, porque… la infantería siempre responde. Demasiado Hollywood les ha quemado la cabeza a algunos personajes.

Mejor encauzo hacia otra dirección esta redacción que no sé si se puede considerar una crónica y les comento que en el atlántico, a la altura de su perla, multinacionales petroleras minan el lecho marino para exprimir un poco más a la madre que nos parió.

Sepan disculpar si suena cruel y duro lo que voy escribiendo, dicen que las esperanzas son las últimas en irse así que nos las pierdan; yo ahorita me freno, agarro la pava y me cebo un mate, cuento las palabras y me doy cuenta de que voy excedido: aquí en la costa no dan aún las nueve y el sol ya se fue a dormir, la luna mengua y nos fortalece las raíces, ayudando a nuestro crecimiento.

Quizás, al final, todo se trata de volverse a equilibrar con lo que nos rodea y dejar de mirar pantallitas que lastiman, quizás sea tiempo de cambiar de calendario, quizás en algún momento la vida nos encuentre más sanos, quizás la próxima yo escriba más claro y, quizás, en un abrazo encontremos reparo pa’ toda esta locura.