
Aunque digan que aquí no podemos hacerlo
En los últimos tiempos, y acelerado en los últimos meses por el gobierno de unos improvisados empresarios que fracasaron en el sector privado, y que juegan a conducir el Estado (del que siempre vivieron, y hoy intentan desbrozar); la protesta social está signada como si fuese un acto terrorista. Choca este discurso incluso con la historia de vida de quienes lo pro- claman así, con una Ministra Bullrich que literalmente fue terrorista, y de una Vicepresidenta, Villarruel, que de ende el Terrorismo de Estado que ejerció la última Dictadura Cívico/Militar/Eclesiástica que asoló nuestro país, secuestrando, torturando, desapareciendo gente, violando, robando niños/as y bienes, etc. Intento hacer un análisis objetivo, y estoy describiendo con datos de la realidad, y expresiones públicas de las personas mencionadas, para intentar no caer en una caracterización de estos personajes desde las tripas, y desde lo que siento. La edad, y la vida, me hizo dejarles ese lugar a las personas, y a las cosas que amo. En contra de quienes tienen por objetivo alterar el orden natural de la convivencia democrática, e intentan mercantilizar todo, un grupo de personas intentan hoy acercar lo que tienen para dar, el corazón, sobre todo. Damos paso así a una nueva aventura de simples héroes que la única capa que tienen, es la del barro en las zapatillas de haber caminado el barrio desde siempre. Aunque ellos, quienes hoy ostentan el poder, digan que aquí no podemos hacerlo… Vaya estas expresiones como una certera forma de protesta social.